Roll wit deh Soul... Beach Babylon

Acabo de regresar de visitar a Eduardo, a Tarifa, fueron cinco días y aunque me quede en su casa e iba todos los días a su chiringuito, ni lo vi. Es que no para de currar. Al final, el segundo día terminé ayudando como mesonera/bartender cuando el chiringuito se ponía a tope.

Desde el chiringuito, se ven unos atardeceres guapísimos, la comida que sirven (ensaladas, wraps, carne, atún, postres), y los tragos que sirven (mojitos, cuba libre, caipirinhas, etc...) dejan a los clientes encantados y disfrutando todo el día (y próximamente la noche) de Soul Beach, ademas tienen batidos de frutas que están casi tan ricos como los que hacen en mi casa en Venezuela. Pero, eso sí, se curra muchísimo. Y claro, al terminar el curro todos estábamos tan cansados, que sólo pudimos salir una vez a disfrutar de la vida nocturna de Tarifa. Fotos acá.

Para aquellos que preguntan por nuestra relación, puedo contarles esto por ahora: Edu y yo, subimos ayer en tren desde Algeciras (5 horas de trayecto hasta Madrid) y tuvimos una conversación muy seria y muy larga. La conclusión, fue la siguiente: con tanto performance no hay mucho chance para nuestro romance.

Así que entre su performance y nuestra rutinaria distancia de 5000 km, será mejor para nuestra tranquilidad emocional que nuestro romance se apague. Nos queremos, pero las vainas no funcionan con lo poco que nos vemos al año.

Ahora viene mi viaje de despecho para recuperar un poco el joie de vivre. Hoy llegaron mis amigas a Madrid, y Edu y yo las fuimos a recoger en Barajas. Los planes son, de momento: unos días en Madrid y luego iniciar el viaje por el oeste de Europa en Lisboa.