La visité por primera vez hace doce años leyendo una novela muy romántica de los Medici y de la Gioconda; y luego la visité físicamente hace ocho años con mis papas y se convirtió en mi ciudad favorita, y juro que lo sigue siendo. Se respira un ambiente, una historia y una cultura en cada rincón que me enamoró desde hace mucho y sigo enamorada.
Madrugué esta mañana para agarrar el tren hasta acá. Llegué de una vez al Ostello Veneto, cerca de la Stazione, donde mis amigas se habían quedado la noche anterior en un cuarto bastante grande, costando 18 euros c/u, incluyendo desayuno. Es sencillito, limpio y con balconcillo. Ellas ya se habían ido a pasear cuando llegué a la posada, me dejaron una nota diciendo que Silvia se había ido para el hospital porque tenía el pie hinchado y medio infectado de un bicho que le pico. Por lo tanto, al final, pasé solita el día en Florencia.
A la hora del aperitivo, me perdí tratando de escapar de unos fastidiosos italianos, y me metí en una calle donde había un lugar para catar vinos y donde conocí a una pareja muy fiorentina y muy chic, que se apiadaron de mi y me invitaron a catar vinos con ellos y a acompañarlos a cenar.
Como a las 9 me conseguí con mis amigas y ahora estamos en el cybercafe del hotel.
Lástima que pude disfrutar de Florencia solamente un día, pero ni me preocupo, ya volveré. Domani nos vamos en la mattina para Venecia a pasar el día y luego en la notte en tren para Parigi.
Madrugué esta mañana para agarrar el tren hasta acá. Llegué de una vez al Ostello Veneto, cerca de la Stazione, donde mis amigas se habían quedado la noche anterior en un cuarto bastante grande, costando 18 euros c/u, incluyendo desayuno. Es sencillito, limpio y con balconcillo. Ellas ya se habían ido a pasear cuando llegué a la posada, me dejaron una nota diciendo que Silvia se había ido para el hospital porque tenía el pie hinchado y medio infectado de un bicho que le pico. Por lo tanto, al final, pasé solita el día en Florencia.
A la hora del aperitivo, me perdí tratando de escapar de unos fastidiosos italianos, y me metí en una calle donde había un lugar para catar vinos y donde conocí a una pareja muy fiorentina y muy chic, que se apiadaron de mi y me invitaron a catar vinos con ellos y a acompañarlos a cenar.
Como a las 9 me conseguí con mis amigas y ahora estamos en el cybercafe del hotel.
Lástima que pude disfrutar de Florencia solamente un día, pero ni me preocupo, ya volveré. Domani nos vamos en la mattina para Venecia a pasar el día y luego en la notte en tren para Parigi.