martes, mayo 20, 2008

Todavía en Clases

De acuerdo con el momento y las circunstancias, no hay nada más lujoso (ni mas sabroso) que un beso, un café, una arepa o un pan tostadito, sea la hora que sea.

Y es un lujo decir que ya falta solo un mes y piquito para que finalmente termine mi tercer año de odontología. Por estas fechas, mi papa comienza a temblar, se siente amenazado y en constante peligro y no para de preguntar, que cuales planes tengo para mis vacaciones, pero a decir verdad, todavía no tiene nada de que mortificarse, porque a estas alturas ni yo lo se. Todavía no me decido que quiero hacer este verano, ni luego, una vez estando allá, que podría hacer para aprovechar el tiempo. He buscado y ha habido muchas ideas interesantes que quisiera hacer, entre esas estudiar en Florencia, San Sebastian, Barcelona o Sidney un curso de verano de Cirugía, lo cual no tengo mucho que argumentar las razones por las que quisiera ir, porque no solo son ciudades que me conmueven cada una a su manera, sino que también viviendo allí me trajera alguno que otro enriquecimiento para la carrera y llegara centrada y ordenada al 4to año, pero luego de pasar todo un año quemándome las pestañas pensar pasar el verano estudiando, es un poco coñazo y no estoy muy segura si prefiero irme a pasear por Cuzco y por Bariloche o por el este de Europa. O simple y llanamente trabajar en Londres en un restaurant de una amiga.

Así que en esta indecisión ya llevo unos 3 meses donde a menudo lo unico que hago es darle vueltas a la cabeza, mandar cartas y Curriculums Vitaes, para ver si esta desorientación coge pronto algun punto cardinal.

Sé que tampoco perdería mi tiempo si me quedo acá, estoy trabajando de vez en cuando con una Odontólogo que me enseña mucho y me la paso pipa con ella. Me ha propuesto ganar algo de sueldo si me quedo con ella. Me ha ayudado mucho este ultimo año cuando al principio estuve de convalecencia sentimental, y bueno en ese tiempo que se puede llenar con lo que sea, que el contenido es lo de menos, con lo que este mas a mano y mas ayude a empujarlo, se tiene poca exigencia, ¿no es cierto? Luego no se recuerdan apenas, esos periodos, ni lo que se hizo en ellos, como si hubiera estado permitido todo, uno se justifica mucho por la desorientación y el sufrimiento; es como si no hubieran existido y en su lugar hubiera un blanco. Tambien un vacio de responsabilidades, "¿Sabe? Yo no era yo entonces". Entonces hice sin querer al padecimiento mi mejor coartada, la que mejor fingió exculparme de cualquier acto. Pero ella me puso mano dura y me instruía y me deslizaba ideas que me cautivaban, y se porto como la hermanita mayor, que nunca tuve e hizo lo mejor que pudo, y aunque nos conocíamos desde hace mucho tiempo, por diversas razones habíamos dejado la amistad, y por uno u otro motivo, afortunadamente el destino nos volvio a unir y ha sido una maravilla tenerla como una primita mayor a la Dubi.