martes, julio 03, 2012

Repensar el consumo

http://www.thezigzagger.com/2012/02/17/plastic/

Los geólogos clasifican la historia del planeta en varios periodos, cada uno de los cuales ha dejado una capa característica de restos en la corteza del planeta. Los dinosaurios vivieron en la Era Mesozoica; nosotros, los Homo Sapiens, que andamos por aquí desde hace unos 200.000 años aunque apenas comenzamos a desarrollar agricultura y lenguaje hace 8.000, hemos vivido hasta ahora en la Era Cenozoica. Pero ahora hay científicos que dicen que el impacto que hemos dejado sobre este mundo es tan grande que hemos creado una nueva era geológica, por la magnitud de la capa de residuos que le hemos ido tatuando al suelo. A este nuevo periodo geológico lo llaman Antropocénico: el producido por la gente.
Estamos rodeados de objetos. Ni el más pobre de entre nosotros carece por completo de ellos. Desde el momento que nuestros antepasados formaron tribus, no hemos hecho sino pensar y trabajar para tener más y más cosas. Cosas que nos han permitido llegar hasta donde estamos, con lo malo y lo bueno que eso implica: cosas que han servido para construir Siena, para tocar "Natalia" y para facilitar el parto seguro de un bebé, pero también para arrasar una ciudad. Gracias a la capacidad de nuestra especie para diseñar y construir artefactos hemos adquirido un gran poder sobre este mundo; poder que, sin embargo, está lejos de ser absoluto y con el que sin duda se nos ha pasado la mano. Para dar un ejemplo, entre muchísimos disponibles, de esto último: en una zona del Océano Pacífico hay una mancha de basura plástica flotante que tiene más o menos el tamaño de Venezuela. 
Pero este ausnto de nuestra descontrolada afición por producir y acumular objetos también tiene una dimensión intangible. Una que algunos podrían llamar moral, otros ética; otros más, dirían que es asunto espiritual. Nuestra adicción a comprar y poseer cosas es común a todas las sociedades, pero en Venezuela la cosa es bastante grave. Dirán ustedes que ningún país consume más que Estados Unidos, y es verdad; pero nuestro problema no es Estados Unidos, somos nosotros.
No estoy en absoluto proponiendo que nos metamos a comunistas - líbreme el cielo - ni a nada parecido. De hecho, estos años de "socialismo" no han hecho sino incrementar el consumismo entre nosotros. Lo que digo es que tenemos que usar un poco más la cabeza antes de llevarnos la mano a la cartera para gastar lo que no nos sobra en algo que no necesitamos. Tenemos que pensar qué significa para nosotros el consumo. Pensar, por ejemplo, que no son los objetos los que nos definen como personas, sobre todo los que no necesitamos. 
Sé que es un tema viejo y complicado pero hoy en el 2012 esta a penas comenzando a aparecer el impacto de nuestro consumismo, e irá empeorando a medida que pasen los años. Sólo quiero invitar a pensar sobre eso aunque sea un poquito. Los objetos no son malos ni buenos por sí mismos. En unos cuantos casos, nos resultan hermosos y son expresión de sensibilidad, de trabajo, de progreso, de cosas buenas. Pero creo que podemos comprarlos mejor, escogerlos, poniendo la atención sobre la acumulación, el placer interno sobre el placer externo, la individualidad sobre la masificación.
Hay muchos entre nosotros, de distintos ingresos, cubiertos de marcas como un carro de Fórmula Uno y un gran negocio delincuencial ocupado en satisfacer un mercado de adictos.

No hay comentarios.: